¿Alguna vez anhelaron algo con mucha intensidad, solo para dejarlo de lado más tarde y continuar con la rutina diaria?
Como estudiante de último año de secundaria en Buenos Aires, se me presentó la oportunidad de visitar el sur para mi viaje de egresados sin embargo, en ese momento, decidí no ir para evitar imponer este gran gasto a mis padres. Con el paso de los años, mi deseo de visitar el sur de Argentina se hizo cada vez más fuerte. A mediados del año pasado, mientras hablaba con mi pareja sobre la posibilidad de nuestras primeras vacaciones juntos, surgió la idea de explorar diferentes destinos dentro del país y, uno que nos emocionaba particularmente, era Bariloche. Desde ese preciso momento empezamos a planificar este primer viaje que haríamos juntos desde cero, sin ningún tipo de experiencia en el asunto.
Como era de esperar, claro, surgieron algunos inconvenientes en el camino, ¡pero eso no nos detuvo! A medida que avanzábamos en nuestros planes, la emoción crecía cada vez más. Luego de horas y horas de investigación, armamos un posible itinerario de actividades para sacarle provecho a cada uno de los días que estaríamos de visita. Con toda la preparación posible, nos embarcamos en esta aventura llenos de entusiasmo y ansiedad.
¡Descubrí más sobre nuestra experiencia en las próximas publicaciones!
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